Estaban en posesión de documentos de identidad falsos de España y otros países europeos
Tres nacionales de Bulgaria, residentes en Reino Unido desde hace más de 10 años, están retenidos en prisión preventiva en Inglaterra bajo cargos de posesión de documentación falsa de un abanico de países europeos y la sospecha de que espiaban para Rusia. Los tres acusados fueron arrestados en febrero, junto con otras dos personas, en una masiva investigación de seguridad nacional que la BBC reveló este martes.
La Policía Metropolitana de Londres (Met) confirmó después que cinco individuos fueron detenidos en febrero, bajo sospecha de infracción de la Ley Oficial de Secretos, por agentes de la división antiterrorista, que tiene la responsabilidad sobre espionaje en Reino Unido. El caso sigue abierto y, por lo pronto, se ha bifurcado en dos ramas de actuación al mismo tiempo que los delitos de espionaje se han ampliado en la nueva y controvertida legislación de Seguridad Nacional, finalmente aprobada por ambas cámaras del Parlamento de Westminster en julio.
Tres de los cinco arrestados inicialmente afrontan cargos de posesión con “intención impropia” de pasaportes, carnés de identidad, permisos de residencia y otras formas de identificación personal. Los documentos falsos proceden al parecer de hasta 19 países distintos, incluidos España, Italia, Francia, Croacia, Eslovenia, República Checa, además de Reino Unido y Bulgaria.
De momento, ninguno ha sido acusado de delitos de espionaje en esta fase del proceso, según aclaró el Servicio Fiscal de la Corona (CPS) en referencia a informes previos difundidos por los medios que les identificó como espías rusos. Ayudar a un servicio de inteligencia extranjero se considera espionaje en la revisada ley.
“El CPS ha autorizado la imputación de cargos a Orlin Roussev, Biser Maicimov Dzhambazov y Katrin Ivanova por posesión de un documento de identidad con intención impropia, contraria a la ley de Documentos de Identidad”, confirmó a EL MUNDO una portavoz de la agencia fiscal. Los tres imputados comparecieron el mes pasado en la Corte Nacional Penal, el histórico edificio de la calle Old Bailey de Londres, donde se espera que el juicio arranque a principios de 2024. Mientras tanto, están encarcelados en régimen preventivo, a la espera que avance el proceso.
Roussev, de 45 años, se mudó al Reino Unido en 2009 y, de acuerdo con la BBC, su último domicilio conocido es una pensión en Great Yarmouth, localidad costera de Norfolk, al este de Inglaterra. El localizador de Google le identifica como propietario co-fundador de una empresa de tecnología, enfocada en Inteligencia Artificial, algoritmos y avanzados sistemas de comunicación. Le cita también como asesor estratégico del Ministerio de Energía búlgaro entre 2008 y 2009.
Dzhambazov, de 42 años, e Ivanova, de 32, residían juntos en el noroeste de Londres y son conocidos en el barrio por gestos comunitarios, como compartir fuentes de comida con los vecinos. También montaron un servicio de ayuda a sus compatriotas, ya fuera para rellenar formularios en inglés, familiarizarse con las normas y culturas británicas o votar en elecciones de Bulgaria. Se dice que él trabajaba de conductor y ella como ayudante en un laboratorio. Ivanova cuenta con calificaciones en gestión empresarial y finanzas, según su perfil de las redes sociales.
El Gobierno británico considera a Rusia la “más grave amenaza” a la seguridad del país. El vice primer ministro, Oliver Dowden, alertó esta primavera sobre grupos de piratas informáticos, “como las milicias Wagner”, que preparan ataques contra las infraestructuras esenciales británicas. Y el jefe de Inteligencia de Defensa, Adrian Bird, afirmó en una reciente intervención pública que “Rusia continuará siendo la amenaza más fuerte para el Reino Unido hasta 2030”.
Londres ha expulsado a una treintena de supuestos espías rusos -de entre más de 400 a nivel mundial- desde el intento de asesinato del doble agente ruso-británico, Sergei Skripal y su hija Julia, con el mortífero agente Novichok, en 2018. Scotland Yard responsabilizó a tres agentes de la agencia de Inteligencia militar rusa (GRU) del masivo ataque en suelo inglés, que se cobró la vida de la británica Dawn Sturgess.
Este verano, los servicios de seguridad de Alemania advirtieron de una “agresiva operación de espionaje por parte de Rusia” y la anticipada previsión tocó fondo días atrás. La semana pasada, las autoridades arrestaron a un individuo bajo sospecha de pasar información confidencial a sedes diplomáticas rusas. El sospechoso se presentó al parecer por su propia voluntad en la legación de Berlín y el consulado de Bonn, donde ofreció sus servicios y experticia como empleado de una empresa de información tecnológica y equipamiento militar.