Polonia es uno de los países más implicados en la ayuda a Ucrania. No solo en términos militares, también en cuestiones relacionadas con la asistencia humanitaria y las prestaciones a los refugiados que huyeron a territorio polaco desde el inicio de la invasión a gran escala.
Sin embargo, y a pesar de la buena sintonía demostrada en los últimos tiempos, hay un asunto que es motivo de desencuentro entre los aliados: la exportación de los cereales y semillas de Ucrania. Tras más de cinco meses de negociaciones, las autoridades ucranianas decidieron demandar a varios estados miembros de la Unión Europea ante la Organización Mundial del Comercio.
Polonia, Hungría y Eslovaquia se han rebelado contra Bruselas y decidieron imponer restricciones unilaterales a varios productos agroalimentarios ucranianos. En algunos casos, incluso han ampliado la lista de cereales que no podrán ser importados. Una medida que Kiev rechaza tajantemente. Los tres países comunitarios arguyen que la prohibición es necesaria para proteger a los agricultores locales.
El viceministro de Economía y Comercio de Ucrania, Taras Kaczka, aseguró al medio polaco Rzeczpospolita, que Ucrania, en respuesta, decretará un embargo sobre las cebollas, los tomates, las coles y las manzanas polacas. Kaczka añadió que tanto el veto como la demanda de ante la OMC no tienen la intención de empeorar las relaciones entre Polonia y Ucrania, «sino desarrollar métodos civilizados para resolver la disputa».
Malestar en Polonia
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, aludió ayer a las «presiones» ucranianas sobre su país desde Nueva York. El mandatario polaco participó en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas que comenzó el pasado 18 de septiembre. Duda comparó a Ucrania con una «persona que se está ahogando» y añadió, según el medio Ukrainka Pravda, que «todos los que alguna vez han participado en el rescate de una persona que se está ahogando saben que son increíblemente peligrosos y que pueden arrastrarse hasta las profundidades». Sin embargo, Duda volvió a insistir, desde Estado Unidos, que es necesario seguir apoyando a Kiev para derrotar al «imperialismo ruso».
El ejecutivo polaco hace evidente su malestar. El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, lanzó una advertencia a las autoridades de Ucrania: «Si intensifican el conflicto, añadiremos más productos [ucranianos] a la prohibición de importación en territorio polaco». Morawiecki dijo al medio Polsat News que Varsovia tiene la disposición total de ayudar a Ucrania, «pero no al precio de desestabilizar» su propio mercado interno.
Un total de cinco países de la UE -Polonia, Hungría, Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria- han tratado de prorrogar las restricciones impuestas por la Comisión Europea desde mayo de 2023. Pero, Bruselas decidió el pasado 15 de septiembre ponerle fin. A los vetos unilaterales de Varsovia, Budapest y Bratislava se unió Bulgaria. El primer ministro búlgaro, Nikolay Denkov, anunció que en un futuro próximo se podría fin a la importación de semillas de girasol.