Un grupo de fiscales le notificaron que obtuvieron información privilegiada sobre estructuras criminales de pandillas que supuestamente buscarían asesinarlo.
La celebración del académico Bernardo Arévalo como presidente electo de Guatemala el pasado domingo 20 se vio interrumpida cuando, en privado, la Fiscalía, cuya cúpula está sancionada por Estados Unidos y lleva semanas intentando suspender su candidatura, le informó que supuestamente había pandillas complotando para asesinarlo.
El mensaje de la Fiscalía llegó en pleno discurso de victoria en un hotel de la Ciudad de Guatemala, solo minutos después de su triunfo electoral, y se une a otro plan denominado ‘Colosio’ con el objetivo de quitarle la vida al candidato del Movimiento Semilla, según indicó un informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Los cuatro fiscales, miembros del departamento contra los delitos de extorsión, se acercaron a Arévalo de León y pidieron una reunión privada. En ella le notificaron que obtuvieron “información privilegiada” sobre “estructuras criminales de pandillas” que supuestamente buscarían asesinarlo.
El encuentro con el personal del Ministerio Público duró media hora. Ese domingo, mientras cientos de personas celebraban la histórica victoria del partido progresista en las afueras del hotel, Arévalo de León no salió a festejar con sus seguidores.
Seguridad privada
Al presidente electo no le ha quedado más opción que “recurrir a la seguridad privada, dada la desconfianza existente con las entidades del Estado bajo el contexto actual”, anticipó el informe de la CIDH. Bajo esas circunstancias, Arévalo de León se transporta en un automóvil prestado con “blindaje nivel 3” cuando la recomendación es un “nivel 7”.
La falta de fondos del partido también ha provocado que la vicepresidenta electa, Karin Herrera, cuente con un automóvil de transporte donado por un simpatizante y no acorde a los posibles riesgos.
El supuesto complot por parte de pandilleros no es el único plan para asesinar a Arévalo de León, de acuerdo al informe de la CIDH y al mismo Movimiento Semilla. El 15 de agosto, a solo cinco días de la segunda vuelta electoral, el equipo de seguridad de Arévalo recibió “información preocupante” sobre un “plan para asesinarlo con participación de agentes estatales e individuos particulares”.
La información fue confirmada por “al menos tres fuentes dentro de instituciones estatales, con un alto grado de fiabilidad”, y que “no se conocen entre sí”, precisó la entidad de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El complot pretendía, con base al nombre asignado, repetir el asesinato del candidato mexicano Luis Alberto Colosio, quien en 1994 fue abatido con un arma de fuego durante un acto público, previo a las elecciones en la nación norteamericana.
Sin embargo, el Estado de Guatemala “cuestionó” la existencia del ‘plan Colosio’ y la catalogó como una amenaza no existente, según el informe de la CIDH.
Escándalos
Posteriormente, tras pedirle en un comunicado a la CIDH “prudencia” el 24 de agosto por “las consecuencias que declaraciones infundadas puedan generar”, el Gobierno del actual presidente, Alejandro Giammattei, le asignó 50 policías más a la seguridad de Arévalo de León.
Los planes para asesinar al candidato del Movimiento Semilla son otro escándalo más en el proceso electoral guatemalteco, el más accidentado desde la implantación de la democracia en 1996.
De acuerdo a expertos, la victoria de Arévalo en el reciente balotaje han dejado entre la espada y la pared al denominado “Pacto de Corruptos”, un grupo de políticos y empresarios que tiene cooptado el país desde hace varios años y que no contaban con la sorpresiva victoria de Semilla.
Precisamente, el último viernes el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, expresó su “preocupación” por los “intentos de socavar” los resultados de las elecciones que dieron la victoria a Arévalo. Su investidura debe realizarse el 14 de enero.
Agencia EFE
PB